Perú, donde se fundó EccoExe, ha experimentado un importante repunte económico en los últimos años. Sin embargo, la prosperidad resultante está desigualmente distribuida en el país andino. Muchos grupos de población, especialmente los indígenas y los afrodescendientes de las regiones rurales, viven por debajo del umbral de la pobreza. La violencia contra las mujeres es también un problema generalizado.
En 1987, la visión de Elia Legua, una economista peruana comprometida socialmente, llevó a ayudar a mujeres especialmente desfavorecidas a conseguir unos ingresos seguros y, por tanto, una perspectiva a largo plazo. En busca de mejores condiciones de vida, estas mujeres llegaron a la capital, Lima, pero siguieron viviendo aquí en condiciones difíciles.
Al promover la independencia de las mujeres, también estamos allanando el camino hacia un futuro mejor para sus hijos y nietos.
En la actualidad, EccoExe sigue formando a mujeres desfavorecidas en la producción de prendas de punto de alta calidad. Además, los procesos de producción se planifican de forma que las mujeres puedan trabajar tanto en casa como en el taller. Esto es tanto más importante cuanto que EccoExe forma y emplea principalmente a mujeres especialmente desfavorecidas: madres solteras, mujeres con discapacidad y mujeres mayores que prácticamente no tendrían oportunidades en el mercado laboral ordinario.
Los géneros de punto producidos son artesanales y de una calidad difícil de encontrar hoy en el mercado.