Por desgracia, hay muchas personas en todo el mundo que tienen que huir. Por eso es tan importante darles oportunidades y perspectivas para traer la paz al mundo. Las talentosas artistas del alambre y las cuentas de vidrio de Wirework llegaron a Sudáfrica como refugiadas de Zimbabue en busca de una vida mejor.
Estas mujeres se han organizado en cooperativa y utilizan los alambres de colores para hacer, entre otras cosas, cestas únicas y artísticamente sofisticadas. El alambre telefónico utilizado para los cuencos procede de los restos de la producción de cable. A diferencia de las cestas de rafia y otros materiales naturales, éstas son prácticamente indestructibles. También son sostenibles, ya que las cestas hechas con cable telefónico son un buen ejemplo de upcycling, es decir, la reutilización de materiales que de otro modo serían desechos para otro fin mejor. Wirework es otro ejemplo de grandes proyectos sociales sudafricanos que combinan el comercio justo con el poder creativo. Como los artistas están tan orgullosos de sus obras, cada pieza lleva un nombre.